Terapia del hielo, ¿genera beneficios para la piel?
El hielo se utiliza desde hace años como un elemento para el cuidado de la piel. En los últimos años sin embargo, la denominada terapia del hielo cada vez gana más adeptos. Resulta bastante común recomendar la aplicación de hielo sobre la dermis para mejorar la circulación sanguínea y prevenir el envejecimiento prematuro y las arrugas.
La realidad es que las propiedades del frío solo mejoran las pieles rosáceas, al tiempo que alivian zonas congestionadas como las ojeras.
El hielo y la buena circulación de la sangre
Practicar la terapia del hielo no es sinónimo de una buena circulación o una mejora visible de la piel y en algunos casos puede ser hasta perjudicial el contacto de la piel con agua a tan baja temperatura. Sí resulta positivo en ciertas ocasiones aplicar de manera moderada paños con agua fría que ayudan a descongestionar el rostro.
El hielo no mejora la circulación, sino que impide la vasodilatación que produce el calor y la piel se enrojece menos. Si se aplica hielo y se siente ardor, hay que retirar inmediatamente, pues se va a producir un efecto quemadura instantáneo. En el caso de procesos de vasoconstricción más intensos, puede ocurrir hasta la muerte del tejido.
Hielo como elemento descongestionador
Para lo que sí resulta muy adecuado una buena terapia de hielo es para descongestionar ciertas zonas como las ojeras hinchadas. En ningún caso el hielo debe estar en contacto directo con la piel., sino que hay que aplicarlo a través de gasas o algodón, y completar el tratamiento con manzanilla helada. La terapia de hielo, y esto es importante, debe ser evitada en personas alérgicas al frío, pues pueden padecer urticaria.
Por último, y con el fin de evitar problemas, aquellas personas que en las épocas con temperaturas más bajas tengan tendencia a que sus manos cambien de color tornándose rojo-azul y blanco, no han nunca de iniciar un tratamiento basado en la terapia de hielo.
Hielos Mairena
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