Las tres características del hielo
Conseguir el hielo perfecto no es fácil porque, si lo fuera, no habría toda una industria desarrollada en torno a él, y todo el mundo se limitaría a prepararlo en el congelador de su casa. Las características del hielo (del bueno, queremos decir) deben ser fácilmente perceptibles por el consumidor, dar buena cuenta de que se trata de un buen producto que enfriará y conservará su bebida sin aguarla.
¿Cuáles son estas tres características fundamentales? Las vemos.
1. Transparencia
Al hablar de transparencia hacemos alusión a la limpieza cristalina que deben tener los cubos, pero realmente el hielo no es transparente, sino traslúcido. Los fotones de luz no los cruzan porque chocan con los átomos presentes dentro de cada pieza.
Se habla también de transparencia para diferenciarlo con ese color blanco opaco que presentan algunas barras y cubos, lo que se debe a las impurezas que tiene el agua. Este resultado es muy frecuente en el hielo casero, el que se hace en casa utilizando un molde, y la diferencia con esos otros cubos que parecen de cristal es evidente.
2. Dureza
La dureza tiene que ver con la propia morfología del hielo, que debe ser macizo. De lo contrario, se derretirá pronto, se mezclará demasiado con la bebida y esta terminará caliente y aguada. El cóctel o combinado, lejos de ser bueno, terminará siendo un desastre.
Es preciso no confundir el tamaño con la dureza. El hielo grande no es apto para todas las bebidas, aunque tarde más en deshacerse, y en algunos casos ni siquiera entra en el vaso o copa.
3. Compactación
Las barras, cubos y otros tipos de hielo deben tener una textura apretada y poco porosa, estar bien condensado. Esto también influye en la calidad de la pieza y en que dure el tiempo suficiente.
Son las tres características del hielo esenciales, aquellas que percibirás rápidamente en un buen producto y que debes buscar para tus ocasiones especiales.
Hielos Mairena
Las tres características del hielo